· CAPÍTULO VI · [¡Ah, principito! Así fui comprendiendo poco a poco tu pequeña vida melancólica. Por mucho tiempo no habías tenido por distracción más que la dulzura de las puestas de sol. Me enteré de este nuevo detalle el cuarto día a la mañana, cuando me dijiste:
- Me encantan las puestas de sol. Vamos a ver una puesta de sol... - Pero hay que esperar... - ¿Esperar qué? - Esperar a que se ponga el sol.
Primero pareciste muy sorprendido, y luego te reíste de ti mismo. Y me dijiste:
- ¡Siempre creo que estoy en casa!
En efecto. Cuando es el mediodía en Estados Unidos, el sol, como todo el mundo sabe, se pone en Francia. Bastaría poder ir a Francia en un minuto para asistir a la puesta del sol. Lamentablemente, Francia está demasiado alejada. Pero en tu planeta tan pequeño, te alcanzaba con correr tu silla algunos pasos. Y mirabas el crepúsculo cada vez que lo deseabas...
- Un día, ¡vi al sol ponerse cuarenta y tres veces!
Y un poco más tarde agregabas:
- Sabes... cuando se está tan triste a uno le gustan las puestas de sol... -¿El día de las cuarenta y tres veces estabas entonces muy triste ?
Pero el principito no respondió...]
Este es el capítulo que tocaba hoy para leer a mi hijo antes de acostarse. Es uno de mis favoritos de este libro, El Principito. Leyéndoselo, me he dado cuenta de lo mucho que he echado, y echo, de menos ciertas cosas en estos días... Se hace duro pero, supongo que es lo mejor. O eso intento creer.
Me hubiera gustado mucho ver una puesta de sol hoy pero no porque estuviera triste, sino porque me la he imaginado en aquella playa; la de tu isla... Vaya, ahora sí que me he puesto un poco triste.
"Yo nací un 16 de diciembre, el de 1957 en particular, con mucha prisa pues solo había transcurrido siete meses y medio de embarazo (...). Mi inclinación por la música y los instrumentos se puso de manifiesto muy joven, a los 10 años, cuando asistía en calidad de "oyente" a las clases de guitarra que tomaban Ricardo y Carlos. Con los ojos clavados en las manos y los trastes, procuraba retener sonidos y sus correspondientes posiciones en el mástil, luego cuando todo terminaba me acercaba a la guitarra casi tan grande como yo y acariciando tembloroso sus cuerdas, pensaba en que algún día yo la pondría sobre mis muslos y mis manos la harían sonar".
Antonio Vega [16/12/2009-12/05/2009]
Gracias Antonio... Sobre todo por hacernos disfrutar con joyas como esta a las personas que tanto te hemos admirado y, lo seguiremos haciendo. Por hacer con música y letra sitios de refugio, a veces, más que de recreo en tantas ocasiones. Recordar momentos inolvidables con solo escucharte. Hacer de más de una de tus canciones mis favoritas para siempre.
Por tercera vez Jean-Pierre Jeunet ha vuelto a elegir y colaborar con su musa Audrey Tautou. En esta ocasión, para el nuevo spot del emblemático 'olor' de Chanel: su perfume, ya mítico, Nº 5.
A quien le guste este director, el spot le va a encantar; ya que en el susodicho predominan, sobre todo, esa luz tan característica de la que hemos podido disfrutar en cintas anteriores y efectos, tanto en la fotografía como en el movimiento de cámara, muy utilizados por el Sr Jeunet.
La banda sonora del spot, tampoco se aleja mucho de su tónica habitual; trasladándonos a ese mundo tan Amélie al que nos tiene acostumbrados.
El viaje nocturno, los detalles artesanales del tren, la intensa y expresiva mirada de Audrey, los preciosos planos exteriores filmados por Stambul y, por supuesto, la presencia de Travis Davenport, son más que razones de peso para ver la publicidad de este perfume.
¿La historia...? De amor por supuesto.
Si queréis disfrutar del anuncio y juzgar por vosotros mismos, no dejéis de visitar la Web Oficial de Chanel.
[Muy pronto podremos ver a Audrey Tautou en la esperada, al menos por mi, Coco Avant Chanel]
